5.4.07

TRESCIENTOS TREINTA Y TRES DISCOS PARA AGITAR EL BOOGALOO ENCEFÁLICO # 021/333


DREAM SYNDICATE : THE DAYS OF WINE AND ROSES (1982)

La distorsión es bella y este imprescindible álbum lo demuestra con creces. Cierto es que la banda de Steve Wynn y Karl Precoda es hija directa de Velvet Underground. Pero quedarse ahí es ser corto de miras. La distorisón es bella. El acoplamiento es hermoso. El ruido es emoción. Guitarras furibundas y rabiosas, saturadas de electricidad, que van directas al cuerpo y el espíritu. Uno de los mejores discos que vas a poder escuchar en tu puta vida, oh querido lector. La actitud desgarrada y yeahyista del emocionante duelo guitarril de Tell Me When It's Over; la velocidad ultrasónica y el portentoso desespero bateril de Definitely Clean; el tremebundo fuzz de That's What You Always Say; la desesperada distorsión de Then She Remembers; la sobrecarga eléctrica convertida en belleza de Halloween; la épica dejadez eléctrica de When your Smile; los susurros mutados en puro ritmo y estribillo monosilábico de Until Lately; la anicada suavidad de terciopelo de Too Little, Too Late (demasiado poco, demasiado tarde, wow) y esa poderosa y despampanante explosión homónima y guitarrera que cierra el elepé original. Nueve razones que son nueve memorables puñetazos, vitamínicos, eléctricos, rasgados, distorsionados, bellos, desesperados, agitados. Gloria sónica que puedes llevarte a una isla desierta para menear la melena abierto de patas, haciendo como que tocas la guitarra abducido por la estática. Rock and Roll que te cagas.

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